Estimados lectores, para vivir en este presente una
vida plena, sana, armónica y exitosa, es necesario hacer unos cambios
conscientes y definir hacia dónde queremos ir y que queremos en la vida.
Los cambios deben basarse primordialmente en la realidad que se está
viviendo, si esa realidad te gusta o disgusta y si se está dispuesto a entrar
en proceso de cambios, porque hay que estar claro que al iniciar el proceso
seguramente causará pequeños conflictos en la línea circular, dado a que al
cambiar la señal a otra, entran en confusión o caos si no se sabe manejar.
En este proceso hay que manejar muy bien la frase de
un amigo filósofo que afirma: Hay que acostumbrarse
a desacostumbrarse, lo que es muy cierto porque vivimos en constantes
cambios que aún no procesamos ni aceptamos, muchas veces queremos cambiar pero
la costumbre es más fuerte que el deseo de hacerlo y caemos en el circulo
vicioso, ya que las costumbres tienden a esclavizarnos.
Nuestro cerebro según Gazpar Hernández, se puede
comparar con un disco de vinilo, un hábito o patrón conductual repetido una y
más veces hace un surco, una huella, una ruta neuronal, al cabo de un tiempo,
la aguja del comportamiento va sola, casi no requiere de voluntad, por eso podemos
hablar y conducir a la vez sin estar concentrados en el cambio de velocidades,
interiorizamos los hábitos. Todo esto nos conduce a una conclusión: los hábitos
son difíciles de romper, pero no imposible, hay que sustituirlos por pequeños
nuevos hábitos e integrarlos en tu vida diaria y hacer esos cambios poco a
poco.
Es necesario plasmar por escrito lo que se quiere
cambiar, para poder planear estrategias y acciones para modificar, como también
establecer metas y fechas a cumplir.
Un ejemplo de cuando queremos sentirnos más
saludables, hay que cambiar de rutina y hábitos alimenticios, como integrar
actividades físicas lo que genera una serie de transformaciones en su cuerpo
físico de manera positiva, en otras palabras reflejamos salud, belleza y vitalidad,
es un proceso de desacostumbrar el cuerpo de viejos hábitos para un mejor
vivir.
Así mismo podemos cambiar situaciones de diferentes
áreas de la vida, en lo personal, profesional, convivencia, familiar entre
otras, solo que debemos estar claros en identificar lo que se quiere cambiar y
planificar para accionar y concienciar, porque la conciencia juega un rol
importante de la mano con la transformación, ya que no hay transformación si no
hay conciencia.
Cuando se realizan los cambios se genera una transformación
y la proyección de la persona es otra y se aprecia.
En todo este proceso es necesario romper con las
rutinas y ser más flexibles, se sugiere viajar, mover de lugar los muebles,
promover ambientes nuevos, para acabar con el anclaje de nuestros pensamientos
y rutas de costumbres, hacer nuevas amistades, afines con los cambios que se
quieran hacer.
Recuerden cada quien decide los cambios para su
transformación, nadie cambia por otro, se cambia para si mismo.
Reflexión: cada quien hace sus cambios según sus
realidades.
Hasta la próxima semana.
Janitza Ramírez
Diadiaenarmonia.blogspot.com
@diadiaenarmonia.