jueves, 28 de febrero de 2013

La solidaridad un valor social y humanitario.


Estimados lectores, en este barullo y vaivén de vida que se está viviendo, es necesario emplear y manejar la solidaridad como un hábito diario para poder fluir ante tantas situaciones complejas que se nos presentan en la cotidianidad.

La solidaridad es uno de los valores humanos y universales por excelencia, del que se espera cuando otro u otros requieren de nuestros buenos sentimientos para salir adelante.

 En estos términos, la solidaridad se define como la colaboración mutua entre las personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se vivencian experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir.

Gracias a la solidaridad es posible brindarle una mano a aquellos que resultan menos favorecidos con cualquier  tipo de situaciones que se estén manifestando.

Actos de solidaridad lo vemos muy frecuente cuando se presentan momentos difíciles mundiales, como terremotos, tsunamis, inundaciones, guerras, entre otros, como también cuando nos unimos por una noble causa como manifestaciones de paz, cadenas de oraciones, servicios humanitarios y planetarios, entre otros.

Como vemos, la solidaridad es más que nada un acto sentimental social, una acción que le permite al ser humano mantener y mantenerse en su naturaleza de ser social.

Es necesario y fundamental fomentar y desarrollar la solidaridad en todas sus aristas  y todas las áreas de la vida, como también promoverla desde el hogar para que las niñas y niños desarrollen ese valor tan importante en su cotidianidad inmediata, haciendo de este acto algo natural en sus vidas.

Sin embargo, no  es de extrañarse entonces que la solidaridad se comporte como la base de muchos otros valores humanos o incluso, de nuestras relaciones sociales más valiosas, tal como es el caso de la amistad. En este sentido, la solidaridad nos permite sentirnos unidos a otras personas en una relación que involucra sentimientos necesarios para mantener el funcionamiento social normal.

 En términos más generales, puede incluso permitirle al hombre sentir que pertenece a determinado lugar, en otras palabras, permite desarrollar sentimientos como los de pertenencia a cierta nación, manteniendo a los ciudadanos de un mismo lugar luchar juntos por un mismo motivo o trabajar unidos para lograr una misma meta.

Solidarios son las personas entusiasta, firmes, leales, generosos, compasivos y fraternales, los insolidarios son aquellos negligentes, egoístas, mezquinos, apáticos indiferentes y codiciosos.

La solidaridad es un valor de gran trascendencia para el ser humano, gracias a ella, se han logrado a lo largo de la historia alcanzar los más altos grados de civilización y desarrollo tecnológico como también se ha logrado sobrevivir de grandes desastres.

La solidaridad puede cambiar el mundo, hacerlo más habitable y más digno. Se solidario con tu casa Madre planeta Tierra y sé solidario con tu prójimo, así podrás fluir mejor en este vaivén de vida.

Reflexión: Hay que desarrollar la conciencia solidaria desde el hogar para poder proyectarla en la sociedad.

Hasta la próxima semana.

Janitza Ramírez

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