lunes, 11 de febrero de 2013

Vivir sin apuros nos conecta con nuestro interno y disfrutamos de la vida.


 

Estimados lectores, hoy en día la inquietud nos invade y nos atormenta, perdemos la tranquilidad y serenidad en la vida cotidiana, estamos rodeados de bombardeos visuales y físicos que nos llenan de intranquilidad, generan ansiedad y estado nervioso intenso, todo esto, nos lleva a realizar nuestras acciones apurados; si estamos manejando observen que el tráfico se forma por los apuros, el tocar cornetas altera a las personas y eso incide en querer salir lo más rápido posible enganchándose con el barullo colectivo y no disfrutamos el poder circular en la calle.

Sin embargo, la inquietud muchas veces es fruto de la incapacidad para admitir que en la vida hay situaciones y momentos que no podemos prevenir ni controlar, como un accidente, una cola, donde nos toca tomar las cosas con calma y serenidad.

Cuando realizamos nuestras actividades desde la serenidad, podemos ver, sentir, escuchar y disfrutar de esa actividad en ese momento, nos genera regocijo, placer y bienestar, las endorfinas se alegran y se logra la armonía interior.

Hay que comenzar por escuchar nuestro interior para lograr tranquilidad y serenidad, cuando escuchamos nuestra respiración, los latidos del corazón, el pulso, centramos nuestra atención sin ningún tipo de apuros para podernos escuchar, muchas veces nuestro interno está gritando que quiere  paz, tranquilidad y quietud y por estar apurados o inquietos no nos damos cuenta y nos enfermamos.

El control consciente, que no es más que un pensamiento fijo, o situación tormentosa que no deja sentir paz, no permite que la calma ni la serenidad entre en tu vida, todo lo contrario controla el sistema nervioso y mental general un estrés  y agobia la mente.

Necesitamos conectarnos con nuestro interior, para sentirnos, conocernos, aceptarnos y amarnos, y eso no se puede hacer con apuros, la realidad es que vivir sin apuros nos conduce a disfrutar de cada actividad que hacemos, si escribimos, pintamos, cosemos, bailamos, tocamos algún instrumento o cualquier que hacer como regar las plantas, abonarlas y limpiarlas, es necesario hacerlo sin apuros, sintiendo y disfrutando lo que hacemos.

Cada persona debe organizar su vida, planificarla y agendar sus actividades para así lograr hacerlas con tiempo y dedicación, para que se vivan y disfruten.

Cuando el disfrute se vive con intensidad y placer se logra momentos de felicidad en el individuo el cual lo proyecta con una imagen saludable, feliz, jovial, alegre y consciente de su vida.

Reflexión: disfruta el momento, permite que la tranquilidad y la quietud llegue a tu vida.

Hasta la próxima semana.

Janitza Ramírez.

@diadiaenarmonia.

Diaadiaenarmoia.blogspot.com

 

 

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