Estimados lectores, hoy en día es muy común ver que los
apegos sean materiales o humanos hacen daño y no solamente eso, sino
obstaculizan los senderos de su vida, sus proyectos, su carácter, temperamento
y relaciones de vida en general.
Cuando se está atado, apegado y no dejamos ir, no soltamos
esa situación que ata genera ansiedad, miedo y dolor; creando un estado
emocional inestable, irritante, mal humor y hasta violento, es necesario siempre
mirar el interior de nuestro ser y examinar en ¿qué o quién? estamos apegados y
no solo eso,¿ qué? me impide lograr lo que me propongo.
Es importante saber que cuando necesitamos algo, requerimos o
pedimos algo material, sentimental o espiritual, debemos pedir, fijar la
atención en lo que pedimos, darle la energía y luego soltar para que el
Universo, Dios lo otorgue, así de esta forma no entrar en apego ni ansiedad y
será más rápido que fluya.
Fíjense si cerramos la mano para no dejar escapar algo, no lo
disfrutamos, se retiene más no interactuamos con lo retenido, dejar ir lo que
ya no tiene sentido en el presente es abrir las puertas a nuevas oportunidades.
Muchas veces el estar atado a cosas o personas, puede afectar
el cuerpo físico, emocional, mental y espiritual, porque esas emociones
negativas como ansiedad, frustración, tristeza, dolor, entre otros producen
enfermedades crónicas y hasta cáncer.
Cuando tomamos conciencia de que la vida es un escenario en
el cual cada quien construye su mundo y lo hace realidad, se puede decir que se
está fluyendo y podrás lograr lo que te
propones.
Buda decía “el origen del sufrimiento es el apego que crea la
ilusión del ego”, cuando no queremos cortar una situación toxica o no
correspondida, el sufrimiento aparece, descontrola tu paz interior y afecta tus
emociones.
Soltar los apegos permite que fluyan las ideas,
pensamientos, oportunidades entre otros,
como también te permite vivir sin ataduras, miedos, rutinas y poder tomar otras
rutas.
¿Cómo aprendemos a soltar?
Se debe afrontar los miedos, buscarle la causa y el efecto
generado en sí mismo.
Reconocer en que estas apegado o apegada.
Motivarse a soltar, ya que la motivación desencadena la
aptitud para el cambio.
Perdonar y perdonarte libera y ayuda a soltar sentimientos
atados.
Vivir sin apego es fluir en la vida, es nadar libre en el mar
de la felicidad.
Reflexión: El desapego
es la capacidad de hacernos nada para llegar a ser personas enteras. Claudio
Naranjo.
Hasta la próxima semana.
Janitza Ramírez
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