sábado, 24 de marzo de 2012

Las redes neuronales están detrás de esa tendencia holística y espiritual

Estimados lectores, en la actualidad, estamos viviendo procesos de cambios donde el ser humano se percata de los signos y señales que el Universo presenta cada día, mostrándose a través de diferentes manifestaciones ya sea en el humano o en el ambiente.
Actualmente la tierra se mueve con mucha más rapidez que antes, lo que indica que su frecuencia y vibración ha aumentado a través de los tiempos, y el ser humano cambia en la medida que la tierra avanza. Los cambios y avances son globalizados, la globalización enfoca el todo a través de las redes que lo interconecta tratando de ser uno en vez de partes.
Basado en los avances de la globalización hay una tendencia que afirma: “Dios es una gran red de neuronas”, Mucho se ha avanzado desde que el anatomista Franz Gall, a principios del siglo XIX, dijera que había encontrado el órgano de Dios en el cuerpo, lo que le valió la condenación eterna. Ahora, muchos investigadores prestigiosos están convencidos de que las redes neuronales están detrás de esa tendencia a la espiritualidad, que es innata y que se ha repetido en todas las culturas y civilizaciones. Investigadores del Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos en Bethesda (EEUU) han revelado las zonas del cerebro que se activan con la fe religiosa, que son las mismas que los humanos empleamos para comprender las emociones, los sentimientos y los pensamientos de los demás. Recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), sitúa el área religiosa en el lóbulo temporal y en el frontal. El psiquiatra español Rubia recuerda que hay una epilepsia que afecta al lóbulo temporal y activa la religiosidad por una descarga de neuronas. «Los chamanes eran personas que entraban en éxtasis y algunos sufrían esa enfermedad y decían que se conectaban con los muertos.
Todo esto nos lleva a pensar que podemos conectarnos con la red neuronal del colectivo, lo que explica muchas veces la reacción en cadena o el efecto domino cuando se presenta una situación que contagia el colectivo, de allí la importancia de manejar muy bien la inteligencia emocional y social para no generar caos.
Sin embargo, no solamente nos podemos conectar con la red neuronal del colectivo, sino con la del Universo y mas allá la del Padre Creador, recordemos que Dios nos hizo a su imagen y semejanza y somos parte de él, somos parte de su red neuronal.
Nuestra Glándula Pineal, sirve como antena, es la que nos conecta con la red neuronal del universo y a través de ella recibimos información, en realidad un tejido neuronal que transmite y recibe información y frecuencias desde y hacia el Universo. La Glándula pineal y corazón son los puntos de anclaje donde las energías y las frecuencias cósmicas encuentran su conexión con la Tierra, no solamente eso sino también ayudan a activar las capacidades cognitivas y espirituales, activando las rutas neuronales.
La tendencia holística es la nueva visión del siglo XXI, donde se integra
de manera globalizada las diferentes áreas: emocional, social, cognitiva, corporal, espiritual, fundamentados a partir de tres influencias principales:
-         los nuevos paradigmas de la ciencia.
-         la filosofía perenne.
-         Y los aportes de los grandes pensadores de la humanidad.
Lo que nos demuestra que todo es una conexión neuronal y que todos somos parte del UNO.
Es momento de vivir el presente conectados a la red neuronal del Universo y para poder estar conectados tenemos que elevar nuestra Conciencia a la banda ancha del Amor y sentirnos equilibrados con los polos de la vida: la Inteligencia y el Amor.

Reflexión: “La Conciencia nos conecta con el Universo y el Universo nos conecta con el Cosmo y el Cosmo con las Galaxias y las Galaxias con Dios, todo un entramado neuronal.”

Hasta la próxima semana.

Janitza Ramírez.
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