Estimados lectores, hoy en día contar con una familia, compañeros de labor, vecinos y amigos con los que compartir, muchas veces nos resulta difícil, porque no nos han enseñado a tener una interrelación verdadera y sana, mas bien nos han llenado de miedos y mascaras por el que dirán, en otras palabras por el miedo a lo que señale la sociedad donde se desenvuelve.
Es importante en la vida individual la experiencia del compartir, porque es un pilar fundamental para el desarrollo de una conciencia de felicidad, ya que ésta es un estado de conciencia, un estilo de vida que se adquiere en el transitar de la vida.
El estar cómodo con personas de todos los medios y estilos permite ocupar el lugar que nos corresponde en la vida y en la sociedad, para ello hay que estar conciente y preparase en aceptar las individualidades del ser, respetar sus espacios y tiempo, saber escuchar, no juzgar, es decir aceptar tal cual como son, ya que cada quien se auto transforma en la medida que quiera realizar sus propios cambios, y en lugar de elegir respeto/temor elijamos respeto/encuentro, “yo te respeto pero quiero compartir”, es una manera inteligente de socializar sin hacer daños a terceros.
En la cotidianidad actual, para mejorar las relaciones hay que valerse de las tres claves de la inteligencia Social o las tres habilidades sociales como: escucha, empatía y confianza, según Isabelle Filliozat psicóloga y psicoterapeuta, fundadora de la escuela de las inteligencias relacionales y emocionales, ella afirma que la inteligencia social consiste en hacernos concientes de nuestras emociones y necesidades, en identificar los sentimientos de los demás y captar los entresijos de las situaciones, para ello hay que escuchar de verdad, haber empatia y crear un clima de confianza.
Escuchar es conceder un espacio de libertad al otro para que exprese sus sentimientos y emociones, y no solo eso, también permite que la persona salga de su soledad, drene sus preocupaciones y que diga “yo” recuperando así la sensación de que tiene el control de su vida, al sentirse escuchado se crea empatia y genera un clima de confianza, haciendo de inmediato una socialización muy inteligente y hasta de fines terapéuticos.
La empatia es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender sus sentimientos de allí la confianza se abre y se es mas autentico.
Vale la pena comenzar a aplicar estas herramientas en el diario vivir, todos estamos inmerso en la sociedad, con sus altos y bajos, con la diversidad cultural, con las normas y reglas, con sus particularidades, pero todos estamos y vivimos de una sociedad, la cual hay que educar, comenzado por la familia, espacio pilar para fundamentar la socialización, de allí que sea la base o sostén para el desarrollo de la inteligencia social y poder desarrollar los valores universales.
Reflexión: “Date el permiso de escuchar verdaderamente las razones de otro y tendrás la oportunidad también de ser escuchado”.
Hasta la próxima semana.
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